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Comunicación interna

Hoy rescato este texto/poema/autonotificación /“algo” que escribí hace muchísimo tiempo cuando necesitaba encontrar ese lugar para hablarme, escucharme, contarme y “aturarme”. Me gusta buscar esa comunicación que sí existe en algunas empresas (no todas) y que tanto descuidamos con nosotras (yo la primera): la Comunicación Interna. 

En tiempos de confinamiento y de menos socialización (espero) de la que teníamos, es cuando se pone en evidencia lo bien o mal que convivimos con nuestro yo. Y quizá no sea que no sepamos, o que lo hagamos mal… sino que no nos dedicamos el tiempo suficiente. Ya lo anticipó Bauman en La Modernidad Líquida, en esta era nuestros pilares se diluyen, se derriten, estamos en un constante fluir. Me pregunto a qué nos agarraremos entonces cuando tengamos que afrontar una ciclogénesis explosiva (emocional o meteorológica) que tantas veces castiga, por ejemplo, a mi Galicia.

Esta es la puerta de la Oficina de Asuntos Interiores que me gustaría que atravesásemos más a menudo con un té, con un libro, con una caja de recuerdos, con mochilas que pesan, con dramas de intensidad variable… de todo un poco. Para evitar así que nuestro autoyó, aburrido y desterrado, nos envíe una carta de despido. 

Y tú, ¿hace cuánto tiempo que no atraviesas esa puerta?
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Poema incluido en la Antología “Mayday, 69 Poemas de Rescate” gracias a la invitación de Rosanna Moreda y su bonito proyecto del que algún día hablaré con más calma.

Angharad Price y el peso del ancla.

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“Cuando comprendemos que de pronto hemos pasado a ser ese ancla… Nos lanzan al aire sin previo aviso, para luego hundirnos en la profundidad del mar salado”
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Anhgarad Price
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Sentir el peso del ancla.
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Los sacrificios ciegos de Angharad Price.
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Gales y Udra en el espejo de las páginas.
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Ser árbol de fondeo.
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#naturephotography #litenatura#liternatura #escritoras #galicia#gales #bookstagram #udra

Ojalá todos los días sean “martes y sábados a la vez”..

Portada La Acústica de los Iglús tomada en un día frío.

Rellenar con granos de maíz los huecos que quedan en la corteza de nuestras imperfecciones, sentir el frío a través de los engranajes de morfemas y lexemas fusionados (#soledéxito o #exisoledad). Capturar sentimientos flotantes en el espacio y, desde allí, “tomar apuntes desde una bóveda celeste”. Verse en el reflejo y subrayarse, enviarse mensajes corporales. Desfallecer alrededor de un suelo heliocéntrico. Rememorar el desmoronamiento de la separación de mis padres a través de un ciego nadando, de un lado a otro, en el interior de una piscina olvidada. Que cada adverbio especifique el movimiento de los huesos del esqueleto Marvin. Escuchar hablar sin tildes ni guiones. Esconderse en el hueco de un lavavajillas y esperar a que la “ficción” baje cada mes, con programa de lavado corto y modo relámpago. Desprenderse de la maldita compostura, de la línea imaginaria que anuda los días. 

A todo esto y más suena la maravillosa “Acústica de los iglús” de @almudenasanchezz , un libro que se lee de dentro hacia fuera, donde la ficción no se crea, existe en la realidad de todas nosotras.

No hace mucho estuve en el interior de un iglú. Fue una sensación muy curiosa experimentar su acústica. Cuando otra persona habla, el sonido rebota de tal forma que parece salir desde dentro de tu cabeza, como una narradora omnisciente interior.

Ojalá todos los días sean “martes y sábados a la vez”…
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Gracias lecturafilia por recomendarla a través de tu podcast y compartir esta lectura conmigo. Deseando poder comentarla juntas.

Desdramatizar el Infinito

Hace dos años, en una pequeña calle @ladamadrama se topó con esta obra de arte sobre una pared en blanco. Entonces pasó lo de siempre: deseo de disfrutarla, miedo a no comprenderla. 

Hoy, revisando las fotos en la Oficina de Asuntos Interiores, me di cuenta de que allí estaba la respuesta para desdramatizar el drama:

No hay una única forma de entender un poema, un cuadro de arte contemporáneo, un solo de batería de jazz o incluso una lágrima ajena. El truco consiste en ponernos el bañador para sumergirnos entre las metáforas (previa carrerilla por el trampolín emocional) y dejar que el lienzo se mezcle con nuestra paleta de colores vital. Y así es como desde la Burocracia Poética que poseemos cada uno de nosotros, fabricamos infinitos significados. 
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Hermosa Metáfora Visual de @davidmazanec capturada en Praga (septiembre 2018).

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